Dado que poseemos pocos datos seguros sobre su turbulenta juventud, no se puede asegurar lo que creen algunos estudiosos, que estudió en Salamanca el curso 1567-1568. Lo que sí es cierto es la especialísima relación literaria que Cervantes tiene con nuestra ciudad, la cual le debe una parte de su fama. En efecto, una de sus Novelas Ejemplares, El Licenciado Vidriera, refleja el ambiente estudiantil salmantino de la época, y su entremés La Cueva de Salamanca, que recupera el viejo tema medieval del estudiante nigromante, difundió universalmente la leyenda de la ciudad como centro de saberes ocultos.
[Fuente: Paseo Literario por Salamanca, Consorcio Salamanca 2002]
Fragmento del Entremés del viejo celoso, seleccionado por Mª Victoria Díaz Santiago
(Salen DOÑA LORENZA, y CRISTINA, su criada, y ORTIGOSA, su vecina.)
LORENZA. Milagro ha sido éste, señora Ortigosa, el no haber dado la vuelta a la llave mi duelo, mi yugo y mi desesperación. Éste es el primero día, después que me casé con él, que hablo con persona de fuera de casa. ¡Que fuera le vea yo desta vida a él y a quien con él me casó!
ORTIGOSA. Ande, mi señora doña Lorenza, no se queje tanto, que con una caldera vieja se compra otra nueva.
[...]
LORENZA. Que no quiero riquezas, señora Ortigosa; que me sobran las joyas, y me ponen en confusión las diferencias de colores de mis muchos vestidos; hasta eso no tengo que desear, que Dios le dé salud a Cañizares; más vestida me tiene que un palmito, y con más joyas que la vedriera de un platero rico. No me clavara él las ventanas, cerrara las puertas, visitara a todas horas la casa, desterrara della los gatos y los perros, solamente porque tienen nombre de varón; que, a trueco de que no hiciera esto y otras cosas no vistas en materia de reato, yo le perdonara sus dádivas y mercedes.
ORTIGOSA. ¿Que tan celoso es?
LORENZA. ¡Digo! Que le vendían el otro día una tapicería a bonísimo precio, y por ser de figuras no la quiso, y compró otra de verduras por mayor precio, aunque no era tan buena. Siete puertas hay antes que se llegue a mi aposento, fuera de la puerta de la calle, y todas se cierran con llave; y las llaves no me ha sido posible averiguar dónde las esconde de noche.
Fragmento del Entremés de La Cueva de Salamanca
SACRISTÁNORTIGOSA. Ande, mi señora doña Lorenza, no se queje tanto, que con una caldera vieja se compra otra nueva.
[...]
LORENZA. Que no quiero riquezas, señora Ortigosa; que me sobran las joyas, y me ponen en confusión las diferencias de colores de mis muchos vestidos; hasta eso no tengo que desear, que Dios le dé salud a Cañizares; más vestida me tiene que un palmito, y con más joyas que la vedriera de un platero rico. No me clavara él las ventanas, cerrara las puertas, visitara a todas horas la casa, desterrara della los gatos y los perros, solamente porque tienen nombre de varón; que, a trueco de que no hiciera esto y otras cosas no vistas en materia de reato, yo le perdonara sus dádivas y mercedes.
ORTIGOSA. ¿Que tan celoso es?
LORENZA. ¡Digo! Que le vendían el otro día una tapicería a bonísimo precio, y por ser de figuras no la quiso, y compró otra de verduras por mayor precio, aunque no era tan buena. Siete puertas hay antes que se llegue a mi aposento, fuera de la puerta de la calle, y todas se cierran con llave; y las llaves no me ha sido posible averiguar dónde las esconde de noche.
Fragmento del Entremés de La Cueva de Salamanca
Oigan los que poco saben
Lo que con mi lengua franca
Digo del bien que en sí tiene
BARBERO
La Cueva de Salamanca.
SACRISTÁN
Oigan lo que dejó escrito
Della el bachiller Tudanca
En el cuero de una yegua
Que dicen que fue potranca,
En la parte de la piel
Que confina con el anca,
Poniendo sobre las nubes
BARBERO
La Cueva de Salamanca.
SACRISTÁN
En ella estudian los ricos
Y los que no tienen blanca,
Y sale entera y rolliza
La memoria que está manca.
Siéntanse los que allí enseñan
De alquitrán en una banca,
Porque estas bombas encierra
BARBERO
La Cueva de Salamanca.
SACRISTÁN
En ella se hacen discretos los moros de la Palanca;
Y el estudiante más burdo
Ciencias de su pecho arranca.
A los que estudian en ella,
Ninguna cosa les manca;
Viva, pues, siglos eternos
BARBERO
La Cueva de Salamanca.
SACRISTÁN
Y nuestro conjurador,
Si es, a dicha, de Loranca,
Tenga en ella cien mil vides
De uva tinta y de uva blanca;
Y al diablo que le acusare,
Que le den con una tranca,
Y para el tal jamás sirva
BARBERO
La Cueva de Salamanca.
Un velero llamado libertad
Texto original de José Miguel García
¡Hola, Alonso Quijote! Dicen que es imprescindible estar loco para ver molinos de viento transformados en gigantes. Gigantes; molinos de viento, y, la lucha por la libertad en medio del Océano de La Mancha; en medio del Océano de palabras que derrama una buena colección de “libros de caballerías”; por velero, un rocín flaco, y, por corazón, un transatlántico del tamaño del Queen Mary II.
Todo el Mundo te lleva a su casa en letra impresa; nadie te lee. Yo, Quijote que todavía no ha llegado a la playa de la Barceloneta; y, Quijote que no ha sido afeitado por ningún Caballero de la Blanca Luna, he cometido la quijotada de leerte dos veces completico. Alguien se perdió el placer de pasar las noches en vela leyendo libros de caballerías. Alguien; muchos.
¡Hola, Alonso el Bueno! Me has hecho pasar dos épocas de mi vida de una manera impagable. Deseo seguir siendo el loco del pueblo, si ello es necesario para poder disfrutar de tus “aventuras”; para seguir soñando que hay un lugar para los soñadores en una vida tan poco onírica.
Todo el Mundo te lleva a su casa en letra impresa; nadie te lee. Yo, Quijote que todavía no ha llegado a la playa de la Barceloneta; y, Quijote que no ha sido afeitado por ningún Caballero de la Blanca Luna, he cometido la quijotada de leerte dos veces completico. Alguien se perdió el placer de pasar las noches en vela leyendo libros de caballerías. Alguien; muchos.
¡Hola, Alonso el Bueno! Me has hecho pasar dos épocas de mi vida de una manera impagable. Deseo seguir siendo el loco del pueblo, si ello es necesario para poder disfrutar de tus “aventuras”; para seguir soñando que hay un lugar para los soñadores en una vida tan poco onírica.
El brote armonioso
Poema original de Benito González
De su dorada clausura salió
el brote armonioso de la rosa de tu corazón.
Desde entonces…
perfúmenes y cantares
elevan maravillados
la brisa dulce de tu hidalgo Quijote
y…la lluvia fluye por los hayedos
mojando mis pies soñadores,
mientras un viento cauteloso
me besa nervioso,
recordándome que hoy
amigo Miguel de Cervantes
vi, entre rayos de soles,
el brote armonioso
de la rosa de tu corazón.
Versos en honor al libro de El Quijote
Texto original de Antonio Alonso García
El libro de don Quijote
causa siempre sensación,
lo que escribe en él Cervantes
es digno de admiración.
La fantasía del Quijote,
caballero sin igual,
gusta tanto a los lectores
que no desean su final.
En el libro de El Quijote
destacan los personajes
don Alonso de Quijano,
el Quijote, y su ropaje.
También su escudero Sancho
junto al bachiller Carrasco
y cómo no, Dulcinea,
que tanto amaba a Quijano.
En La Mancha se le quiere,
en La Mancha se le adora.
don Quijote, en España,
gusta mucho a todas horas.
Apreciaba y defendía
con orgullo a Dulcinea,
a Sancho Panza estimaba
y al bachiller lo recrea.
Sus aventuras son muchas,
su valor siempre admirable.
con su caballo triunfaba
feliz con su Rocinante.
A don Miguel de Cervantes
febemos agradecer
haber escrito el Quijote,
libro grande cien por cien.
En el mundo hay escritores
con una gran calidad,
pero Miguel de Cervantes
no se puede superar.
Con don Quijote ha triunfado
en el mundo el español,
el idioma de Cervantes
llena vida y corazón.
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