miércoles, 15 de junio de 2011

"Memoria y esperanza", de Matilde Garzón Ruipérez


Matilde Garzón Ruipérez envía varios textos sobre su publicación más reciente, Memoria y esperanza.

Copio aquí la información de la solapa y la contraportada:

Matilde Garzón Ruipérez nació en Peñaranda de Bracamonte el año 1926. Cursó los estudios de Bachillerato en el Instituto "Lucía de Medrano" de Salamanca y la carrera de Filología Clásica en la Facultad de Filosofía y Letras de su Universidad, donde trabajó varios años como Profesora Adjunta interina. Al no convocarse oposiciones durante un largo periodo de tiempo, se entregó a tareas sociales en Bilbao y Gerona. Después fue catedrática de Latín de Enseñanza Media en varios Institutos de España. En esta tarea se ha caracterizado por sus esfuerzos incansables para lograr la participación de toda la comunidad educativa en la formación integral de los alumnos y por su dedicación a trabajos de investigación, innovación pedagógica y formación del profesorado. En Madrid, con otras tres catedráticas de Latín, se comprometió en un trabajo de innovación en varios Institutos, que cristalizó en la publicación del libro Raíces de la lengua y cultura hispánica.Ya jubilada regresó a Salamanca y en el CEP formó parte del Seminario de Latín “Vettonia”, que realizó un proyecto de innovación titulado Los Vettones: Yecla de Yeltes.
Actualmente participa en varias asociaciones ciudadanas. Memoria y Esperanza son unos recuerdos de su pasado, marcado por el sufrimiento de la guerra civil, la represión franquista y sus secuelas, pero también por la ilusión esperanzada, su inalterable divisa en la vida.
En estos recuerdos, la autora intenta aportar su contribución personal para recuperar la memoria reprimida tras la amnesia obligada de setenta años.
Cree que está por hacer una historia del “pueblo”, una compilación orgánica de relatos escritos y orales de las personas que, en carne viva, experimentaron las consecuencias de los acontecimientos dolorosos de la Guerra Civil y la Dictadura. Es necesario recuperar historias locales porque, como dice Carmen Martín Gaite, “las historias componen la Historia”.
Tras un capítulo en el que evoca los felices años de su infancia, que precedieron a la sublevación militar del 36, se adentra en las experiencias de la represión sufrida por toda su familia y de la tremenda lucha por seguir adelante en medio de tantas circunstancias adversas.
En el relato de su trayectoria vital son fundamentales su Fe y el ejemplo de sus padres, que, a pesar de tanto sufrimiento, le dejaron la inapreciable herencia de su grandeza de espíritu. Ambos sostuvieron la antorcha que la ha guiado siempre hacia la libertad y la esperanza contra los vientos y mareas del conformismo.