
[Fuente: Paseo Literario por Salamanca, Consorcio Salamanca 2002]
Fragmento de la jornada segunda de La vida es sueño, seleccionado por Mª Victoria Díaz Santiago
Salen músicos cantando, y criados dando de vestir a Segismundo, que sale como asombrado
SEGISMUNDO. ¡Válgame el cielo, qué veo!
¡Válgame el cielo qué miro!
Con poco espanto lo admiro,
con mucha duda lo creo.
¿Yo en palacios suntuosos?
¿Yo entre telas y brocados?
¿Yo cercado de crïados
tan lucidos y brïosos?
¿Yo despertar de dormir
en lecho tan excelente?
¿Yo en medio de tanta gente
que me sirva de vestir?
Decir que es sueño es engaño;
bien sé que despierto estoy.
¿Yo Segismundo no soy?
Dadme, cielos, desengaño.
Decidme: ¿qué pudo ser
esto que a mi fantasía
sucedió mientras dormía,
que aquí me he llegado a ver?
Pero sea lo que fuere,
¿quién me mete en discurrir?
Dejarme quiero servir,
y venga lo que viniere.
CRIADO 2.¡Qué melancólico está!
CRIADO 1. Pues ¿a quién le sucediera esto, que no lo estuviera?
CLARÍN. A mí.
CRIADO 2. Llega a hablarle ya.
CRIADO 1.¿Volverán a cantar?
SEGISMUNDO.No,
no quiero que canten más.

Luis Gutiérrez Barrio, José Mª Sánchez Terrones y Toño Blázquez
A don Pedro Calderón de la Barca. Texto de Toño Blázquez
Tuvo en oro y gran fortuna
una rica vida, brillante y osada
de aventuras plena y no callada
de la larga vejez hasta la cuna.
De 1600 la Corte, de damas y espada fina,
de pendencieros ajustes y luces de bambalinas,
Calderón triunfó comedias de las llamadas divinas
y levantó con aplausos del teatro la cortina.
Amor, honor y poder, La dama duende,
Felipe IV le dio larga vida a su talento;
Alcalde de Zalamea, su mundo no fue pequeño.
Ladrón de amores, clérigo y homicida depende,
dramaturgo de ley, cínico sin cuento
que nunca duerme aunque La vida es sueño.
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